martes, 12 de abril de 2011

Talento + Humildad

Durante más de una década he tenido el privilegio de servir como integrante y líder en algunos grupos de jóvenes y musicales; especialmente en iglesias cristianas. Esto me ha dejado algunas claves irrefutables para el éxito desde mi modelo a seguir: Jesús.
El talento es un factor necesario para desenvolvernos e incluso destacarnos en algún puesto laboral, ministerial, deportivo, o artístico, entre otros. Este nos abre paso en ciertos ambientes o grupos. Pero no es suficiente el talento para alcanzar el éxito en un ministerio ni en la vida. Si el mismo no se acompaña paralelamente del hermoso valor de la humildad, nos perderemos de gran parte del plan de Dios en nuestra vida.
El trasfondo de lo que pretendo afirmar, se desarrolla en dos vías: Primeramente en función de nuestra relación con Dios, y en segundo lugar, en función de nuestra relación con las personas; tomando estas dos como variables definitorias de nuestro éxito.

· Cuando comprendemos nuestra limitada y deficiente humanidad, comparada con la grandeza y perfección de nuestro Dios; cualquier grado orgullo carnal por nuestro talento y/o ministerio, debe transformarse por completo en una amalgama compuesta únicamente por agradecimiento y pasión por servirle a El. Sólo por la gracia de Dios tenemos habilidades y oportunidades para utilizarlas en su Reino. Su amor incondicional ante nuestros errores, nos lleva a amarle cada día más, sabiendo que no somos dignos de lo que tenemos… Al tener esto claro, ¿de qué podríamos gloriarnos?...

· Cuando entendemos la naturaleza de las personas, nos damos cuenta que no buscan otra figura para alabar; sino alguien que les pueda ayudar. Nuestros amigos, familiares, compañeros de trabajo o ministerio, o incluso recién conocidos; tendrán siempre muchas personas a quienes admiren grandemente. Probablemente sean figuras públicas y/o inalcanzables interpersonalmente para ellos. Si tu talento te convierte en una figura más de admiración para ellos, no añadirás gran valor a sus vidas; pero si te enfocas en ayudarles, enseñarles, motivarles, o al menos en relacionarte con ellos y permitirles acercarse a ti, dejarás una huella de Dios en sus corazones que les impulsará hacia su propósito. No busques ganarte la admiración de las personas, sino su corazón. Puedes impresionar a alguien desde lejos, pero sólo te puedes ganar su corazón estando cerca…

“La gente quiere ser apreciada, no impresionada. Quiere que se les trate como seres humanos y no como cajas de resonancia para el ego de otras personas. Quieren ser tratados como el objeto final, no como un medio de gratificación de la vanidad de otro.” Sydney J. Harris

Es muy común cuando tenemos un bello ministerio o puesto en la iglesia o en el trabajo; sentirnos orgullosos de eso, al punto de creernos indispensables y mayores que los demás. Aunque es humanamente concebible como sentido común, es totalmente erróneo delante del dador y creador de la sabiduría. Jesús expresó claramente que la grandeza es en sí mismo el acto de servir. Servir a Dios y servir a las personas. El Hijo de Dios lavando los pies de sus seguidores, nos ilustra la actitud de una verdadera persona de grandeza. Siendo el más sabio, conocedor, el mejor maestro que pudiera haber, e incluso sabiendo que todos querrían venerarle, antepuso siempre un carácter lleno de humildad y pasión por servir a los demás, antes que gloriarse de sus atributos.  Por eso la gente le siguió… No por su gran poder únicamente; sino por su gran amor por las personas y su pasión por caminar de cerca con ellas añadiéndoles valor. Solo si tienes un corazón humilde, tendrás la capacidad de buscar cómo ayudar a tu prójimo, en vez de desear simplemente su admiración u obtener alguna ganancia de ellos.


La humildad te lleva a agradar a Dios con tu corazón, más allá que con tu talento; y además te lleva a tratar a los demás como lo hizo Jesús. Así lo enseñó Pablo: mirando a los otros como mayores, y enfocándote en sus necesidades, más que en las propias. Y ese es el verdadero ministerio, es mucho más que tomar un instrumento o un micrófono en una tarima y aplicar un conocimiento desarrollado… ¡Se trata de acercarte a Dios y a las personas, dedicarte a ellos y amarles con todo!

Porque no quieres sacrificio, que yo lo daría;  no quieres holocausto.  Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios. Salmo 51:16-17

El talento te brindará la admiración de muchas personas; pero la humildad con la cual te acerques a ellas y el servicio que les brindes, te entregará sus corazones.

Gilbert C.

2 comentarios:

  1. Demasiado rrajaooo amigo como se lo comenté aquel dia!! esto es muy importante saberlo en epocas donde la humildad en ministros de musica es decadente!! siempre hay que tener los pies sobre la tierra y siempre hay que ver hacia atrás, pero no para devolverse sino para ver hasta donde nos ha traido Dios y es solo por ÉL que tenemos nuestros ministerios!! esta frase me gusta mucho,casi que la he adoptado a mi estilo de vivir y servir a los demás " El talento te brindará la admiración de muchas personas; pero la humildad con la cual te acerques a ellas y el servicio que les brindes, te entregará sus corazones." lo bendigo amigo!! siga escribiendo!
    Greg!

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  2. Muchas gracias Greg por sacar el tiempo y hacer este aporte!
    Adelante amigo hacia grandes cosas!
    Un abrazo!

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