martes, 15 de marzo de 2011

¿Vale la pena?

Hoy sabemos que al final de cuentas sí valió la pena... Cuando pensamos en David siendo perseguido por su rey para matarle, en José siendo vendido por sus hermanos como esclavo o encarcelado injustamente, en  Moisés despojándose de todas las riquezas y comodidades que cualquiera de nosotros soñaría, o en el Maestro de camino a la cruz; fácilmente concluimos que dicho proceso valió la pena en su momento. Pero esto ocurre porque conocemos el final  positivo que tuvo cada una de esas historias.

Pero ¿qué si no conocemos el final de la historia y hay que vivirla paso a paso?

Pensemos, ¿cuántos de nosotros creeríamos en uno que de pronto pareciera que brilla más que su líder o sus superiores?, ¿acaso no lo señalaríamos como a uno que quiere aventajarse en busca de su propia gloria?, ¿no es lógico juzgar a quien es acusado por acoso sexual?, ¿quién no dudaría de uno que perdió todas las posibilidades humanamente racionales de provocar cambios significativos en su contexto?, y sinceramente, ¿quién podría seguir creyendo en su líder, cuando todo el mundo y la misma ley dicta en su contra?... Si hubiésemos sido algunos de estos héroes de la historia, o hubiésemos estado cerca de ellos; probablemente la duda nos hubiera tocado la puerta. Tal vez nos hubiésemos alejado de esa persona de quien todos dudaron  o  en quien dejaron de creer…

Exceptuando a Jesús, los errores y las debilidades humanas en medio de las situaciones adversas, hicieron flaquear y caer a cada uno de los grandes hombres de Dios algunas veces en su camino. Es en estos momentos de la vida cuando pensamos, ¿vale la pena?... Muchas personas concluyen que no y dejan botado su ministerio, su llamado, su carrera, su familia, o incluso algún hobbie o área de interés, entre otras. Sin embargo, estoy seguro que si pudieran visualizar por un momento el final de sus vidas, si es que hubiesen seguido adelante con su propósito a pesar de los momentos de dolor e injusticia; afirmarían sin duda alguna, que sí vale la pena seguir a Cristo, pues han visto que el final de su camino en El, es de éxito, grandeza y felicidad. ¡Podrían ver que cada situación de su vida, incluyendo y haciendo énfasis en las negativas, sirvió para ayudar a muchos otros, y para llegar a ser quienes debían llegar a ser! Fue así como ocurrió con cada hombre de Dios que le fue fiel hasta el final, y tú no eres la excepción.

No importa cuán lejos te puedas sentir de Dios, o cuánto has sucumbido en pecar; ni siquiera importa cuán manchado haya sido tu nombre. Sólo es necesario estar dispuesto a seguir adelante, y cambiar todo aquello que no honre a Dios. Y si luego de esto, no cuentas con el apoyo del hombre, debes saber que igualmente en su momento a los héroes de la fe les humillaron, restaron credibilidad, y robaron la paz en muchas ocasiones. No importa si nadie más cree en ti o te valora como Dios lo hace… Al final, ¡Dios cumplirá su propósito en tu vida si aún se lo permites, El transformará todo a tu favor si le sigues amando hasta el final, y el siempre te levantará!

Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.
Romanos 8:28

En fin, si pudiésemos ver el final de nuestra carrera, sabríamos que es hermoso y culmina con el plan perfecto de Dios; y con seguridad seguiríamos adelante sabiendo que merece la pena seguir en la lucha día a día. Aunque no lo veamos, sabemos por fe que así será el final de nuestra vida si hacemos a voluntad del Señor. Por esta razón, y porque cada vez que pienso en la Cruz de mi salvador, y trato de comprender tanto amor y tanta gracia, me siento la persona más dichosa del mundo; ¡hoy aseguro que sí vale la pena seguir a Jesús y vivir por El!

Porque siete veces cae el justo, y vuelve a levantarse…
Prov. 24:16a

Gilbert C.

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