miércoles, 9 de marzo de 2011

Con las alas cortadas

Nací para volar.   Naturalmente lo aprendí en mi desarrollo con los años. El aire y las alturas eran mi ambiente, mi zona de confort y seguridad.
Al verme volar junto a los demás, o bien, con más facilidad que el resto; dejé de prestar atención a los riesgos, y me entregué por completo al vuelo, descuidando mi nido, mis raíces y la fuente real de mi existencia…
No pude percibir con claridad los vientos de cambio, de decepción, de traición, de frustración e impotencia que se avecinaban cada vez más. Cuando me di cuenta, la tormenta ya me había acabado…
Al perder todo lo que creía que componía mi vida y mi destino; me sentí realmente vacío y perdido en un mundo en el cual no pertenecía. Como un ave con las alas cortadas, arrastrándose por el suelo, me sentí por mucho tiempo...
No fue fácil querer correr el riesgo de nuevo. Las alturas ahora no se veían tan estimulantes como antes de conocer sus riesgos y experimentarlos en  carne propia… De hecho; por mí mismo, no me hubiera atrevido a intentar volar nunca más. Fue la inspiración por gracia de parte de mi creador; reflejada en el impulso por parte de mis colegas de viaje, muchos de ellos nuevos en mi trayectoria por cierto, lo que me motivó a desear intentarlo de nuevo.
Con el tiempo, sin estar consciente de esto; mi creador fue sanando las heridas que fueron producto de mi descenso de lo alto.
Ahora extrañaba las alturas; a pesar de aún sentir cierta aversión hacia ellas, por causa de nuestra última experiencia cercana.
No me di cuenta exactamente cuándo o cómo, pero hoy simplemente me vence la necesidad de volar y volver a mi mundo. Conocí la comodidad de vivir escondido, perdido y sin peligros. Experimenté el sistema adoptado por aquellos que viven en función de sí mismos, y no de  su verdadero destino. Todo esto simplemente para entender más claro que nunca; que pertenezco a lo alto y no hay otra opción para ser feliz, para ser pleno, para vivir en abundancia.
Esta vez no voy como un ingenuo desconocedor de los riesgos; pero sí como un niño inocente que confía con sus ojos cerrados en el creador de su existencia y destino.
Hoy, al filo de la montaña, a punto de lanzarme de nuevo al vacío, ¡sé que vale la pena!
Pertenezco a Dios y a su propósito; y no podría perder más tiempo escondido, escapando de ese plan. Volveré a volar hasta el final de mi vida. Aunque el viento no ha cambiado mucho, yo sí; y aunque aún sopla en mi contra y esto nunca cambiará, ¡su efecto no me detiene o acaba, sino que me impulsa y levanta!
¡Nos vemos en las alturas!

Gilbert C.

8 comentarios:

  1. Varoooon, le voy a contar un poema que hizo el hermano Nelson Ned cuando se convirtio al señor, Naci para volar... jaja, esta muy cool socio!! y aca estoy para ser un compañero de viaje.

    ResponderEliminar
  2. Mae Gilbert totalmente de acuerdo pertenecer a Dios y su propósito y además la aventura de tomar ese vuelo con un montón de aires de Fe, Esperanza y Amor donde su Gracia nos sostiene mae es lo mejor que le puede pasar a uno en la vida, es sentirse totalmente Vivo y Pleno en las alturas junto con EL... yo me apunto en ese viaje!!!

    Y la idea del blog esta buenísima bendición al cuadrado con teus!!!

    ResponderEliminar
  3. Exc publicación amiiiigooo.. Te felicito!!!

    ResponderEliminar
  4. Amigoo Un Éxitoo!! Sta dema buena la publicaciòn y el blog... A seguir en el viaje.. Bndiciones!! =)

    ResponderEliminar
  5. Varooon... Jaja!
    Gracias gente por ser parte de mi vida y de la historia que estamos escribiendo en Dios!

    ResponderEliminar
  6. gracias amigo por compartir lo que Dios ha puesto en tu corazon, bendices nuestras vidas, mi vida!!!!

    ResponderEliminar
  7. Exc amigo!!! esta buenisimo! me bendijo mucho esta primera publicacion!.. ya sabe estamos para servirle!
    Greg!

    ResponderEliminar